Cristóbal Balenciaga | Rebloom
“A couturier must be an architect for design, a sculptor for shape, a painter for color, a musician for harmony, and a philosopher for temperance.”
Cristóbal Balenciaga Eizaguirre, nace en Guetaria, España en 21 de enero de 1895 y muere a los 77 años el 23 de marzo de 1972. Desde pequeño soñaba con ser diseñador y en sus ratos libres dibujaba los grandes diseños que veía. A los trece años, la VII marquesa de Casa Torres (abuela de la futura reina Fabiola de Bélgica) que veraneaba en Guetaria, se sintió conmovida ante las ansias que tenía el joven por aprender el oficio de la moda, y decidió plantearle un reto. Le entregó un trozo de tela junto a uno de sus más exclusivos vestidos, con el objetivo de que él lo copiara y demostrara su talento. El resultado fue increíble y apartar de esto se convirtió en su diseñador.
Tras un decisivo viaje en 1912 a París estancia financiada por la marquesa, Balenciaga comenzó su carrera, en el mundo de la moda. En 1916 abrió un taller de costura y sastrería en San Sebastián. Durante los años 1918-1924 se juntó con las hermanas Lizaso, y formaron la casa Balenciaga Lizaso. Finalmente se separaron a causa de una discusión. Tras unos años de incipiente éxito, Balenciaga abrió una tienda llamada Eisa (como homenaje a su apellido materno) en San Sebastián, en 1919, que se expandiría hacia Madrid y Barcelona. Posteriormente, a principios de los años 30 era ya un enorme prestigio en España.
Pero los ojos de Balenciaga estaban puestos en París,Y siendo simpatizante del gobierno de la II República, se exilió a París tras el estallido de la Guerra Civil. En 1937, presentó su primera colección y el éxito fue fulminante y abrió ahí, otro atelier. Sus creaciones, basadas en la comodidad, la pureza de líneas, la reinterpretación de la tradición española y en el desarrollo de los volúmenes, marcarán la moda entre los años 40 y hasta mayo del 68, donde decide retirarse del mundo de la alta costura. La marca estuvo inactiva hasta 1986, cuando Jacques Bogart S. A. adquirió los derechos de esta, a los herederos de Balenciaga.
Sus obras, como las de cualquier otro reconocido artista, forman parte de las colecciones más prestigiosas y se han expuesto en los principales museos del mundo, desde el Metropolitan Museum de Nueva York, a la Fundación de Moda de Tokio o el Museo del Tejido de Lyon. No en vano, en 2011 se inauguró el Museo Cristóbal Balenciaga, en Guetaria, su ciudad natal, un espacio de más de 9.000 metros cuadrados que se exhiben la mayor parte de sus fondos, 1.200 piezas concretamente.
Su precisión, manejo de la técnica y perfeccionismo le reportaron grandes halagos por parte de contemporáneos suyos como Christian Dior que lo denominaba “el maestro de todos nosotros”, Hubert de Givenchy que se refería a él como “el arquitecto de la Alta Costura” o Coco Chanel, a la que le unía una profunda admiración mutua, que lo calificaba de auténtico couturier.