Otra marca de ropa se va de la Argentina

Los planes de inversión en la Argentina que alguna vez esbozaron debieron borrarse de un plumazo. La marca de ropa interior Calvin Klein Underwear, que llegó al país en 2008 y apostó a la inauguración de cuatro tiendas en distintos centros comerciales, cerrará a fin de mes su último local en Unicenter, para irse definitivamente del país.

Distintas firmas internacionales de prestigiosas marcas de lujo que incluyen la venta de indumentaria y también accesorios, y que prefirieron mantenerse en el anonimato por temor a represalias, se quejaron por la falta de determinados productos.

Vidrieras que exhiben únicamente prendas de verano y carteles que anuncian descuentos del 30 y 50% completan la escena que viven muchas firmas de indumentaria internacionales desde la llegada de las trabas a las importaciones que dispuso el Gobierno desde principios de año. Esta forma parte de la segunda oleada de retiros de grandes marcas extranjeras, entre las que estuvo Emporio Armani hace tres años.

Ese es el objetivo de algunos locales de indumentaria femenina y masculina premium: resistir con productos de la temporada anterior y con algunas prendas que, poco a poco, se van liberando. Otros esperan la llegada de la nueva colección entera que duerme en algún depósito de la Aduana.

La firma Calvin Klein Underwear, una división del grupo norteamericano Warnaco Group, con sede en Nueva York, que en su llegada contempló la apertura de 15 locales en la Argentina, debió concentrar todos sus productos en su comercio del Unicenter, donde los descuentos trepaban hasta alcanzar el 75 por ciento.

Liquidación escalonada

Según pudo saber LA NACION, la liquidación en el centro comercial de Martínez comenzó con un 50% a principios de febrero. Luego subió al 70% y, desde comienzos de semana, comenzó a liquidar todas sus prendas al 75 por ciento.

Allegados a la firma confiaron que el local cerrará definitivamente. El año pasado, la compañía se vio obligada a bajar las cortinas de tres de sus tiendas, ubicadas en los centros comerciales Alto Palermo, Paseo Alcorta y Patio Bullrich. Una segunda fuente confirmó que el retiro de la marca del shopping Unicenter se concretaría en pocos días.

“La mayor restricción se planteó en la entrada de la ropa interior masculina, emblemática de la firma. El tema de las licencias fue determinante”, confirmó una fuente consultada. “Indemnizan a todo el personal y se van”, informaron desde la empresa estadounidense, que tiene una fuerte presencia en Brasil, con 60 sucursales, y más puntos de venta en Chile que en la Argentina.

Problema generalizado

Desde anteayer, la reconocida casa italiana de ropa de lujo masculina Ermenegildo Zegna se vio obligada a concentrar todas sus prendas en un local más pequeño, en el shopping Patio Bullrich, e informar a sus clientes mediante un cartel en la vidriera del local que, por falta de producto, debían cerrar “momentáneamente” la tienda de más de 800 metros cuadrados en la exclusiva avenida Alvear, propiedad adquirida por el grupo en 2005.

Según pudo saber LA NACION en una recorrida por uno de los shoppings que alojan marcas de indumentaria de alta gama, mientras una encargada de un reconocido local premium se mostraba preocupada por el fantasma del cierre de Calvin Klein Underwear, otros no llegaban a contemplar esa posibilidad, pero sí reconocieron los escollos que se les imponen a la hora de importar productos de sus colecciones.

“Hemos pagado fortunas en las tasas y también en la declaración jurada, pero tenemos prendas frenadas en la Aduana. Falta la firma para que las dejen entrar”, afirmó el director de una reconocida firma internacional de alta costura.

En una elegante boutique, este medio observó también la falta de productos clásicos que se caracterizan como bandera de una reconocida firma francesa de carteras.

En tanto, fuentes de otra marca de alta gama confiaron: “Estamos preocupados porque no sabemos qué va a pasar”. Desde detrás del mostrador, con malestar, y frente a una vidriera repleta de prendas de la colección de verano, plantearon: “Nosotros no tenemos consumo masivo, la moda es perecedera. Rebajamos todo al 50 por ciento para poder sostenernos”.

“El cliente no se queja tanto cuando entra en el local porque ya sabe cómo viene el tema, están más informados que nosotros”, explicaron.

Al igual que muchas empresas internacionales de otros rubros, las compañías se vieron obligadas a presentar proyectos para exportar y así compensar las importaciones.

Una fuente de una casa de trajes de hombre, que también prefirió mantenerse en el anonimato, explicó: “Hay una incertidumbre que es cierta. Creemos que nos van a aprobar las licencias y que los productos van a entrar porque estamos cumpliendo con lo que nos pide el Gobierno”.

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